La importancia del protocolo en la empresa familiar

En España, la empresa familiar siempre ha sido muy importante y ha estado muy arraigada en nuestra sociedad. Ya sea por marcas históricas o por emprendedores que incorporan a miembros de su familia a sus pequeñas empresas, este tipo de organización empresarial es una solución muy utilizada en nuestro país.

 

Pero, como sabes, juntar lo personal y lo profesional no siempre sale bien. Lo que parecía una unión firme como es la familia, y por tanto una ventaja competitiva, puede convertirse en un lastre para la propia empresa. En este binomio además, entra un tercer elemento, la propiedad. Esta triple mezcla hace que muchas veces no miremos por el negocio y tomemos decisiones equivocadas basadas más en los sentimientos, que en la razón puramente objetiva de lo que es mejor para el negocio. Por ello, deberemos evitar:

 

  • Contratar o ascender a miembros de la familia para la empresa familiar, lo más importante para el negocio es elegir los perfiles profesionales que mejor se adaptan a las necesidades comerciales. Por tanto conviene dejar de lado el enchufismo y contar con los mejores profesionales, sean o no familiares o amigos.
  • No dejar claras las responsabilidades de cada miembro, en todas las familias, y más entre hermanos, siempre hay conflictos. La clave es no trasladar ese tipo de disputas a la empresa familiar.  
  • No despedir a familiares, igual que a la hora de contratar o promocionar a miembros de la empresa, hay que tener en cuenta sus capacidades y rendimiento, y saber prescindir de ellos y no simplemente cambiarles a otro puesto.
  • No planificar la sucesión de la empresa, retrasar lo inevitable o hacerlo de forma errónea es uno de los fallos más comunes que acaban con el fin de la empresa. Renovarse o morir, como dice el refranero.

 

Para evitar éstos y otros muchos problemas dentro de la empresa familiar, es por lo que se vuelve tan importante la realización de un protocolo o código de conducta que permitan recurrir a él en caso de conflictos, y para la solución de problemas durante el desarrollo de la actividad comercial.

 

En el caso en el que los fundadores decidan separarse, qué hacer con la empresa, cómo llevar a cabo el “divorcio” profesional, y un tanto de lo mismo para los casos en los que se decida contratar trabajadores pertenecientes a la familia, o para la sucesión del negocio.

Se trata de conformar una serie de directrices que se engloben en un protocolo consensuado y firmado por todos los miembros de la empresa familiar, tanto los socios actuales como los futuros. En el protocolo se incluirán pactos, ya sea de forma contractual o con fuerza moral, en los que se incluirá a terceros que formen, o puedan formar, parte del negocio familiar.

 

Es una parte fundamental de la empresa y, pesar de su importancia, no hay un modelo estándar porque, como ya hemos dicho, dependerá de los socios y miembros de la familia. Cada empresa es un mundo, ni qué decir cada familia, por lo que será importante incluir las condiciones y los pliegos necesarios para que no haya disputas en el caso en el que se disuelva la sociedad, y hacerlo con intermediación externa y fiable a veces es lo más aconsejable.

 

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